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martes, 5 de agosto de 2014

En el Funeral de un ¨Cristiano de la Secreta¨

En el Funeral de un ¨Cristiano de la Secreta¨
(por el pastor Joel Bethancourt)


En los funerales se escuchan por lo general cosas buenas y maravillosas sobre los fallecidos, pero en el funeral de un ¨cristiano de la secreta¨ sus familiares se pusieron de pie y tomaron la palabra, ya que no querían ser ¨hipócritas¨ hablando y escuchando mentiras sobre lo ¨buen cristiano¨ que era.  Esto fue lo que dijeron sobre él:



-Nunca cultivó un interés por los asuntos de Dios, sino que estaba interesado en que Dios le resolviera sus asuntos.

-Nunca le escucharon cantar una alabanza a Dios en su casa, pues limitaba su ¨adoración¨ a Dios a los Domingos.

-Nunca se congregó en su iglesia un Domingo cuando había algo ¨más divertido¨ que hacer, ni en los días lluviosos.

-Nunca hablaba de Cristo a otros, pues entendía que Dios tiene su manera de acercar las personas a El.

-Nunca anduvo físicamente con una Biblia, sino con una aplicación en su celular o IPAD, pues le daba vergüenza que lo vieran con ella sus amigos y vecinos.

-Nunca escuchó radio cristiana, pues quería estar más ¨in¨ con sus amigos al escuchar música secular.

-Nunca pudo consolar o aconsejar a algún amigo o amiga con la Biblia, ya que ni la leía ni la conocía.

-Nunca se le vio orando en su casa de rodillas en su habitación y mucho menos en público, aunque muchas veces pedía oración a otros.

-Nunca leyó algún libro cristiano, sino siempre libros seculares de auto-ayuda y novelas, entre otros.

-Nunca le interesó alguna joven cristiana, sino siempre las ¨jevitas¨ no cristianas.

-Nunca diezmó, pues siempre encontró mucho el darle a Dios lo que le correspondía de sus ingresos.  Tampoco pudo comprender como otras personas daban ofrenda (es decir, más allá de su diezmo) para Dios.

-Nunca ayunó, pues pensó siempre primero en su estómago.

-Nunca realizó alguna obra social con su iglesia o algún ministerio, pero no se perdía las ¨actividades sociales¨ con sus amigos y familiares.

-Nunca bebió café, pero visitó casi todos los  ¨cafés¨ y ¨bares¨ de la capital.

-Nunca pensó en los pobres, sino en cómo enriquecerse.

-Nunca fue servicial, sino que quiso que otros le sirvieran.

-Nunca invitó a algún amigo a su iglesia, para que no creyeran que él era un fanático.

-Nunca buscó la voluntad de Dios para su vida, ni andar en obediencia a Él.



                En conclusión, su familia declaró que nunca fue de ejemplo ni de buen testimonio para ellos, ni para sus amigos y vecinos. 




(Nota:  Esta historia es ficticia, pero las consecuencias de vivir un estilo de vida semejante serán muy reales cuando un ¨cristiano de la secreta¨ tenga que presentarse ante Dios).