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martes, 25 de septiembre de 2012

Lee la Biblia






En medio de un mundo con tanto ajetreo necesitamos nutrirnos con la Palabra de Dios.  Saber qué Dios nos quiere comunicar y qué espera de nosotros es vital.   En la Biblia encontramos información clara y precisa sobre la voluntad de Dios para nuestras vidas.   Ella aclara que es lámpara y lumbrera para nuestras vidas (Salmo 119:105) y que podremos disfrutar de un camino limpio al guardarla (Salmo 119:9).

En una reciente encuesta realizada por Barna Research Group en Estados Unidos en el 2011 con el título ¨State of the Church¨ 1) se concluyó que el promedio de adultos ¨nacidos de nuevo¨ que lee la Biblia en la semana (no incluyendo cuando están en algún evento de la iglesia) es un 62%, es decir que hay un 38% de ¨creyentes¨ que no se alimentan a diario con la Palabra de Dios.  ¡Otra estadística penosa es que solamente el 10% de los creyentes ha leído la Biblia completa2)!

Estas estadísticas nos alertan de que la cantidad de cristianos que están leyendo de manera ¨sistemática¨ y ¨formal¨ la Biblia a diario y que la han leído completamente es muy baja.  La Biblia es ¨la palabra profética más segura¨ y a ella debemos ¨estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro¨  (ver 2 Ped. 1:19). 

Para poder hacer frente al bombardeo de los dardos de fuego del maligno, necesitamos no solo defendernos con el escudo de la fe, sino también usar nuestra arma ofensiva: ¨la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios¨ (Ef. 6:16-17).   Pero si no la leemos, aplicamos, atesoramos, ni memorizamos ¿cómo podremos usar nuestra arma ofensiva para hacer frente a los ataques del enemigo?  

No debemos ser creyentes que no somos efectivamente sal ni luz en el mundo, creyentes que no le demos a la Palabra de Dios el espacio requerido en nuestra vida devocional para que ella alumbre nuestro entendimiento y nos guíe a hacer la voluntad de Dios.

Que Dios nos permita volver a la lectura diaria de la palabra de Dios para un desarrollo significativo nuestra vida espiritual, nos ayude a asumir el reto de leer la Biblia completa, y que podamos como el salmista anhelar conocer y obedecer la palabra de Dios:

Salmo 119:112  De corazón me dispongo a cumplir tus estatutos siempre, hasta el fin de mis días. (RVC –versión Reina Valera Contemporánea).
 



       2)       Cita de Bill Keller Ministries 2007:

lunes, 10 de septiembre de 2012

Actividad Evangelística en el Residencial Amalia







El pasado Sábado 8 de septiembre Dios nos concedió la oportunidad de llevar a cabo una actividad evangelística en la cancha de basquetbol del Residencial Amalia (próximo a la Zona Franca de San Isidro). Previo a la misma por la tarde de ese día pudimos ir a hogares del sector llevándoles tratados evangelísticos, hablándoles del plan de Dios para salvar sus vidas y motivándoles a asistir al evento. 

La actividad evangelística contó con la participación del grupo de alabanza de nuestra iglesia, Natán (El Profeta) del ministerio Aposento Alto, Jeiby, Joanna de García y el evangelista Victor Manuel Santos.  Fue un tiempo bendecido por el Señor en el que vimos vidas impactadas por la palabra de Dios y en el que catorce personas aceptaron a Jesucristo como su único y suficiente Salvador.  

Damos gracias a Dios por esta actividad y por el interés de los moradores del Residencial Amalia en escuchar la palabra de Dios y por su apoyo al evento.  Sigamos orando por la célula que nuestra iglesia tiene en este sector y para que la palabra de Dios ¨…corra y sea glorificada…¨ (2 Tesalonicenses 3:1). 

martes, 4 de septiembre de 2012

Por Qué Trabajamos

3 Septiembre 2012
 

Por qué trabajamos 

Bill Crowder
 
LEA: Efesios 6:5-9
 
No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón…Efesios 6:6
A finales de la década de 1660, Sir Christopher Wren fue contratado para rediseñar la Catedral de San Pablo, en Londres. Según la leyenda, un día visitó el sitio donde se construía este gran edificio, y los obreros no lo reconocieron. Caminó por el lugar preguntándoles a varios hombres sobre lo que estaban haciendo. Un trabajador respondió: «Estoy cortando una piedra». Otro obrero contestó: «Estoy ganando cinco libras y dos peniques por día». Un tercero, sin embargo, tenía una perspectiva diferente: «Estoy ayudando a Christopher Wren a construir una catedral magnífica para la gloria de Dios». ¡Qué contraste en la motivación y la actitud de aquel hombre!

Lo que motiva nuestras acciones es sumamente importante; en particular, cuando se trata de nuestra vida laboral y profesional. Por eso, Pablo desafió a los efesios a trabajar «no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres» (Efesios 6:6-7).

Si trabajamos para simplemente ganar un sueldo o satisfacer a un supervisor, estaremos lejos de perseguir la motivación más elevada: hacer las cosas lo mejor posible como una demostración de nuestra devoción a Dios. Entonces, ¿por qué trabajamos? Tal como le dijo aquel obrero a Wren, lo hacemos «para la gloria de Dios».

Independientemente de quién te pague el sueldo, estás trabajando para Dios.


Tomado del Devocional: ¨Nuestro Pan Diario¨ correspondiente al 3 de Septiembre, 2012
http://rbclatino.org/2012/09/03/por-qu%C3%A9-trabajamos/